Nuestro segundo encuentro con Extremadura fue Mérida.
Dar un paseo por sus calles es retroceder a su pasado explendoroso como importante urbe romana.
Hay que visitar el museo arqueológico ya que tiene piezas y mosaicos de gran belleza.
El edificio es muy apropiado para exponer estos restos.
El anfiteatro tiene una acústica increible y aquí se puede disfrutar de la puesta en escena de las obras del famoso Festival de Teatro Clásico de Mérida.
También se puede visitar el circo romano.
Realmente se ve un descampado donde se hacían las carreras de cuadrígadas, pero gracias a los medios audivisuales del centro de visitantes te haces una buena idea de cómo era y cómo se utilizaba.
Hay que visitar las diferentes casas de los patricios más poderosos ya que la estructra de las casas y los mosaicos de sus suelos están muy bien conservados.
Los frisos de las paredes de las casas aún conservan el color original.
Mérida hay que pasearla, hay que recorrer las orillas del río contemplando los diferentes puentes que lo cruzan y prestar mucha atención a su fauna...
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Nuestra siguientes etapa prosigue unos años después y empieza en el Monasterio de Guadalupe
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1 comentario:
QUE BONITAS!!!!! cuantas cosas para ver, no, es una pasada y la fotos preciosas. Un besazo para los viajeros.
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