Quito es una ciudad enorme, la zona colonial es interesante.
Visitamos la casa museo de un pintor ecuatoriano muy reoconocido, Guayasamin.
En el T4 del aeropuerto de Barajas hay un panel de él.
Hicimos varios paseos por zonas de montaña en Cotopaxi, y visitamos la laguna de Quilotoa.
Bajar se baja bien... pero subir... es mejor en burro o caballo.
Como siempre una de las cosas que más nos gustó fueron los días en la selva, aunque nada comparable al P.N. de Manu en Peru o Borneo, aquí todo estaba muy trillado y muy turisteado, incluidas las tribus que te hacen la típica exhibición de baile y te ofrecen unas ricas viandas...
El alojamiento era muy confortable, una casita individual con todo tipo de comodidades, sobre el río.
No había mucha fauna por los alrededores, pero las ranas y las arañas no fallan nunca.
Baños es una zona muy turística, pero que ofrece muchas excursiones y se pueden hacer bastantes rutas de senderismo. Está a las faldas de un volcán que en ese momento estaba rugiendo...impresiona verlo y sobre todo oirlo.
Subimos al Chimborazo, con mucho esfuerzo y mucho frío... pero lo conseguimos!!!!!!
Hicimos un viaje en trén por un recorrido que llaman la nariz del diablo, no merece la pena ni el recorrido ni el museo sobre la construcción de las vias que hay al final de trayecto, es completamente prescindible.
Sí mereció la pena la gente de la ciudad de Alausín, muy tradicional.
Fuimos a un mercado de ganado en Saquisilí, muy interesante.
Visitamos también las ruinas arqueológicas incas de Ingapirca, si has estado en Peru en Machu Pichu.... se queda muy escasito, pero están bien conservadas.
Cuenca es una de las ciudades coloniales de Ecuador más bonita.
No podían faltarnos unos museos, uno muy interesante de esqueletos de diferentes animales y un par de ellos de arqueología.
La gastronomía ecuatoriana es muy rica.
Desde aquí se puede ir a Salinas que está relativamene cerca para hacer avistamiento de cetaceos y necesariamente los vuelos a Galápagos salen desde Guayaquil,
La parte continental de Ecuador nos decepcionó un poco, de haberlo sabido hubieramos dedicado mucho más tiempo a las Galápagos, en vez de la semana que teniamos prevista.
En este viaje nos dimos cuenta de que hay destinos en los que no hace falta tenerlo todo tan organizado ya que merece la pena poder hacer cambios sobre la marcha.
Visitamos tres de las muchísimas islas que tiene este archipiélago: San Cristobal, Isabela y Santa Cruz.
La fauna es muy especial: las iguanas, los leones marinos, los piqueros de patas azules...
Recorrimos zonas volcánicas, que nos cautivaron.
Hicimos snorkel y vimos tortugas, rayas, estrellas de mar...
Adiós Galápagos.
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