Arequipa, la entrada a Patapampas.

Arequipa, es una ciudad coqueta.

Tiene su Catedral y sus iglesias de la época colonial,  un convento muy colorido, el de Santa Catalina, un  mercado muy auténtico (con su llama disecada para los rituales) y un imprescindible museo sobre la tradición de los Incas de hacer ofrecimientos de niños a sus dioses, en él se conserva la momia de la niña "juanita", encontrada en perfecto estado de conservación en las nieves permanentes del Ampatu.

 

                                                                                          (esto es una foto de una foto de la exposición)

Aquí está nuestro querido Clever compartiendo con nosotros una típica comida: el conejillo de indias.

 La comida fue una invitación de la operadora Incatours, todo un detalle.

El siguiente destino fue Patapampas: una zona de increible belleza plagada de llamas, alpacas ...

 Hace mucho frío y hay que tener algunas precauciones para no sufrir el "mal de alturas", como tomar un té de hojas de coca  o algún caramelo de coca y no hacer grandes esfuerzos.

 En esta zona estuvimos en un hotel precioso y con unas vistas extraordinarias, tuvieron el detalle de llevarnos unas bolsas de agua calentita por la noche, a pesar de tener buenos radidores en la habitación.

 El siguiente destino: La cruz del Cóndor

Hacía mucho frío y hubo que estar allí temprano para coger un buen sitio de avistamiento pero por fin ... 

 los cóndores aparecieron con las primeras térmicas.

¡Es todo un espectáculo!