En 2004, ¡cómo pasa el tiempo!, estuvimos una semana en Praga.
La ciudad enamora, está llena cultura, música, edificios con historia, modernos a más no poder, museos de todo tipo, galerias de arte, callejones medievales, cervecerias excelentes ...
¡No se le puede pedir más a una ciudad!
El puente de Carlos es un hervidero de música y arte.
El museo de Historia Natural, además de ser un edificio precioso, tiene de todo: minerales, meteoritos, una colección de insectos espectacular, fósiles...
Nos acercamos a una ciudad muy coqueta: Cesky Krumlov.
Aunque no sea un destino que se caracterice por su fauna, ya apuntábamos maneras, y en las inmediaciones del puente de Carlos conseguimos un par de buenas fotos de "bichitos"
De las ciudades europeas que hemos visitado, Praga es la que mejores recuerdos nos evoca y, aunque nos quedan muchas por conocer creo que siempre será "la preferida".
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